Dos cosas son las que han motivado siempre al género masculino desde los albores de los tiempos; la guerra y la testosterona. La combinación de ambas dio como resultado: LAS REVISTAS PARA HOMBRES SUDOROSOS
Estados Unidos, tierra de pecado, promiscuidad e ingenio, fue el país de origen de este tipo de publicaciones. Comenzaron a editarse durante la década de los 40 llegando hasta principios de los 70. Evidentemente el título de estas lo decía todo y estaban dirigidas a un público masculino para su entretenimiento mezclando la aventuras (por lo general en ambientes bélicos) con el erotismo. Coloquialmente a este tipo de revistas se las conocía con el nombre de «axilas sudadas» o «sudor» y se vendían en quioscos, licoreras y tiendas frecuentados por hombres.
Con la entrada de los Estados Unidos en la guerra este tipo de revistas dedicadas a mantener a las tropas entretenidas en mas cosas que matar nazis o japos proliferaron. En ellas se alternaban relatos reales de valor y heroísmo con otros de ficción. El éxito de estas hizo que en la década de los 50 llegaran a publicarse unas 130 revistas diferentes de este género.
Durante estos años a los enemigos habituales que habían sido los nazis y los japos se le sumaron los rusos y demás peligrosos comunistas. Las portadas mostraban siempre a mujeres vestidas muy ligeras de ropa sometidas a torturas o apunto de serlo por lascivos carceleros, soldados u oficiales con muchas ganas de descargar sus más bajas pasiones sobre las cautivas.
En algunas ocasiones se invertían los papeles y eran los hombres quienes se convertían en víctimas de exuberantes mujeres de rostros lascivos que disfrutaban torturándolos.
Norman Saunders fue uno de los artistas más famosos en ilustrar este tipo de portadas aunque había muchos más que no fueron nunca acreditados. Autores como Bruce Minney, Norman Eastman, Gil Cohen, Mel Craig, Basil Gogos o Vic Prezio. Uno de ellos, James Bama, llego a realizar mas de 400 portadas y dibujos interiores para estos magazines entre 1957 y 1964. Otro que dejó su huella en ellas fue el gran Mort Kunstler con su estilo tan realista como perfecto.
Pero no olvidemos a los escritores, los verdaderos culpables de hacer sudar a sus lectores con estos relatos; Bruce Jay Friedman, guionista de Hollywood y nominado al Óscar por Splash o Mario Puzzo antes de escribir su famosa novela El Padrino. Otros muy reconocidos escritores fueron: Pierre Boulle (el Planeta de los simios), Ray Bradbury (uno de los mejores escritores de ciencia ficción), Erskine Caldwell (considerado por Faulkner como uno de los cinco mejores escritores de novela de Estados Unidos), Ian Fleming (recordado por todos por sus novelas de James Bond), Robert F. Dorr (recientemente fallecido y uno de los mayores expertos en temas bélicos) y Mike Spillane (creador del detective Mike Hammer) tal cantidad de grandes escritores dice mucho en favor de la calidad de estas revistas criticadas por algunos.
Los artículos con los que se completaba el contenido de estas revistas eran de lo más variopinto. Podíamos leer desde confesiones intimas de mujeres de la calle, consejos para satisfacer a mujeres insaciables, como disfrutar de tu primera vez con una viuda…todo esto se anunciaba en las portadas como si estas no fueran suficiente reclamo.
A las temáticas de historias ambientadas en la guerra se le fueron sumando otras de carácter aventurero como búsqueda de tesoros, naufragios o lo que fuera que conllevase un peligro. Todas estaban estrategicamente emplazadas en escenarios exóticos; Asia, el Pacifico, el Caribe, se aceptaba cualquier lugar donde la climatología ayudase a que las chicas tuvieran que ir ligeras de ropa. Los héroes, con cuerpos que parecían esculpidos por Miguel Angel, las rescataban de cualquier peligro, desde salvajes en taparrabos, hasta piratas degenerados pasando por los socorridos mercaderes de esclavas. Estas historias acababan casi siempre con un final feliz… en el más amplio sentido de la palabra.
Hoy muchos son los que se escandalizan y ofenden por el mal gusto de este tipo de revistas, definiéndolas como literatura barata para machistas. Ya hemos visto que muchos de los que escribían no eran cualquiera, antes de catalogarlas de machistas hay que pensar que se hacían en un tiempo donde los roles de hombre y mujer estaban muy alejados de los actuales. La sociedad cambia para bien y para mal y las cosas se deberían juzgar en el tiempo en el que se hizo y no con los valores de hoy.